Nuestro siguiente paso a seguir era hacer una comparativa de mercado mediante curvas de valor, comparando dos empresas distintas que se dedican al mismo sector que nuestra empresa, para posteriormente utilizar la matriz ERIC y redefinir nuestra propuesta de valor.
Pero vamos por partes. Primero ¿Qué son las curvas de valor? Bueno, también llamadas “strategy canvas” o curvas de competencia, son una herramienta que nos facilita entender cómo se compite en el mercado, cuáles son las variables importantes en el sector y cómo la competencia se comporta respecto a esas variables.
Para crear nuestras curvas de valor primero debimos encontrar las variables o factores que los consumidores considerarían importantes a la hora de valorar una empresa.
Una vez hecho esto, buscamos información sobre dos empresas que se dedicaran a lo mismo que la nuestra en la misma zona geográfica, en este caso usamos para la comparativa a El Baúl de Alexandra y Centro Artesano, que venden productos para manualidades y a la vez imparten talleres. Entonces valoramos del 0 al 10 cómo responden a las variables anteriormente planteadas y colocar los resultados en un gráfico. No hicimos un estudio profundo y la calificación está bajo nuestro criterio subjetivo pero nos ayuda a hacernos una idea general de cómo funcionan.
Ahora es cuando utilizamos la matriz ERIC que nos ayuda a redefinir nuestra propuesta de valor mediante cuatro acciones: Eliminar, Reducir, Incrementar y Crear (de allí el nombre de esta herramienta) aplicadas a las variables de las curvas de valor que hicimos antes. Nosotros decidimos eliminar la variedad y centrarnos en un solo tipo de producto, reducir el precio de los cursos, incrementar el valor de la localización y crear el valor de la utilización de materiales reciclados.
Para finalizar volvimos a las curvas de valor para reflejar la propuesta de valor de nuestra empresa y tener una comparación visual sencilla y rápida.
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